Alicia se siente inspirada por la luz y la oscuridad, el contraste y la armonía de las oposiciones,
el cielo, el miedo, las palabras, el intento de destronar la realidad cotidiana.
Estudia todas las manifestaciones de lo corporal, deconstruye los estereotipos culturales, y usa las herramientas artísticas para desarrollar su libertad y consciencia.
En el proceso laboral la motiva comprender el mundo, la inspiran el autoconocimiento y la profundidad de una curiosidad admiradora que siente frente a la vida.
Alicia destapa el miedo cotidiano integrado en su vida: con la fotografía y con las palabras se acerca a los tabús, estudia sus propias prohibiciones, abraza los temores sin fondo y libera espacio para las aspiraciones internas.
Alicia aprende a sacar fotos con fuerza y valentía
con un grito que estalla de cada imagen, con una idea que se lee
claramente;
su propósito es adquirir una manifestación artística cortaciana.
Intenta retratar con ternura y respeto, a penas tocando la vida con los fotones; sin destruir su frágil estética, sino regalando atención y un tierno cariño.
